Los hospitales son lugares donde los estudiantes de las áreas de la Salud desarrollan conocimientos y afianzan habilidades clínicas y personales convirtiéndose en espacios académicos relevantes para los procesos de enseñanza y aprendizaje, a pesar que no se llevan a cabo en aulas de clase. En estos escenarios el aprendizaje es dinámico y bajo el contexto de la realidad de los procesos de atención de los pacientes, creando ambientes de aprendizaje prácticos en donde confluyen ideas, conocimiento, experiencia, anécdotas, ciencia, investigación y otros muchos factores que son determinantes para el proceso de enseñanza de los estudiantes que complementan allí su proceso formativo.

 

En ese sentido tienen una cultura y clima de aprendizaje que son ámbitos que configuran las interacciones, los sistemas de creencias, los modos de hacer, los valores y las percepciones de lo que sucede en el contexto organizacional en el que se desempeñan los profesionales de la Salud. Estudiar estas esferas permite adentrarse en la subcultura de los estudiantes y reconocer lo que facilita o restringe su aprendizaje.1

 

Ahora bien este clima de aprendizaje lo integran “personas que comparten una preocupación, un conjunto de problemas o un interés común acerca de un tema, y que profundizan su conocimiento y pericia en esta área a través de una interacción continuada” (Wenger, 1998), que son finalmente comunidades de práctica donde se desarrollan los procesos de enseñanza y aprendizaje en el ambiente clínico; es por ello que, en nuestra institución nos proponemos realizar un seguimiento y medición permanente de este clima de aprendizaje, que tiene por objetivo identificar los factores que permiten que estos, se generen de manera adecuada y pertinente. Al medir y evaluar estos aspectos, nos permite tomar de decisiones con el ánimo de permanecer en una cultura de mejoramiento y aprendizaje continuo, que redundará en la formación del profesional que queremos impacte nuestra sociedad tanto de nuestros profesionales en formación como nuestros docentes.

 

En nuestra institución actualmente se están aplicando dos Instrumentos de medición de Clima de Aprendizaje, que permiten integrar y complementar las diferentes perspectivas, a la luz de las prácticas participativas de los estudiantes, estas son Rota-Q y D-Rect, las cuales evalúan aspectos relevantes de los docentes, el proceso de enseñanza durante su práctica, los factores que se desenvuelven en este contexto y la percepción del estudiante frente a su proceso formativo.

Por ello extendemos la invitación a participar en el diligenciamiento de las mismas una vez culmine su rotación.

 

1. Hamui, A. 2014. Cultura organizacional y clima: el aprendizaje situado en las residencias médicas, ELSEVIER, Vol 10 , No. 3