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Una hernia se produce cuando un tejido o un órgano (como el intestino o la grasa intraabdominal) salen a través de un defecto o debilidad de la pared abdominal, produciendo una sensación de masa o bulto que se aumenta al toser o hacer un esfuerzo para levantar peso o saltar y suele desaparecer al acostarse.
Las hernias pueden requerir con frecuencia de manejo quirúrgico, y esto depende de su ubicación, tamaño, sintomatología y complicaciones asociadas, para lo cual se hace necesario consultar a un especialista que pueda evaluarla y determinar el manejo a seguir.
Los signos y los síntomas de la hernia suelen ser:
Las hernias pueden formarse desde el nacimiento en algunos casos, por una inadecuada formación o cierre de las estructuras que conforman la pared abdominal. En otras oportunidades las hernias son producto de hábitos diarios, como fumar, realizar ejercicio de manera inadecuada, levantar peso de forma inapropiada. También pueden generarse después de una herida del abdomen ya sea accidental o después de una cirugía abdominal.
Dependiendo de su ubicación, las hernias pueden ser:
El diagnóstico de las hernias requiere de la valoración y concepto de un especialista en cirugía general, y en algunos casos complejos de un cirujano de pared abdominal entrenado.
El diagnóstico es principalmente clínico, es decir que se realiza un examen médico en el consultorio para evaluar la hernia. Solo en algunos casos específicos se requiere de imágenes diagnósticas adicionales como la ecografía o la tomografía, según considere el médico.
Una vez el paciente es valorado por el especialista, este define si basado en múltiples factores es mejor esperar y no realizar una cirugía por el momento (lo que llamamos en cirugía: manejo expectante) o si definitivamente el paciente debe ser llevado a cirugía como suele ocurrir en la mayoría de los casos.
Si se determina llevar a cirugía, esta consiste en un procedimiento en el que el cirujano busca entrar en el sitio donde se ubica la hernia, y devolver los tejidos u órganos que salen a través de la hernia a su ubicación normal, para posteriormente identificar el defecto o debilidad de la pared y proceder a cerrarla con suturas, reforzándola en la mayoría de los casos con una malla especialmente diseñada para este fin que permite fortalecer la pared y disminuir el riesgo de que vuelvan a salir.